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sábado, 4 de diciembre de 2010

Soltar y Saltar


Había una vez una mujer ordinaria que quería vivir desde su corazón. Emocionada con su nuevo propósito, preparo un plan para lograr su objetivo.
Cada mañana al despertar su propósito parecía claro y hasta podría llegar a sentir levemente los latidos de su corazón. Con ese leve y lejano sonido iniciaba el día y poco a poco sentía como se apagaba la llama que se encendía con sus leves latidos.
A medida que fue avanzando el tiempo ella sentía como se alejaba de su propósito  y a pesar de sus buenas intenciones y acciones no sentía el latido de su corazón.
Pasaron días completos con sus noches y su corazón no le respondía. Mientras ella esperaba resignada una revelación, una señal. La vida en su infinita sabiduría la envolvió con toda su fuerza, su mundo se tambaleo. Todo rastro de seguridad empezó a desaparecer de su vida, la angustia, la ansiedad, el miedo y hasta la rabia se apoderaron de ella.
Su mente empezó a jugar con las historias de dolor. Las voces de sus heridas le repetían una y otra vez, tu solo eres una mujer ordinaria. Quien te crees tu para aspirar a tanto. Envuelta en la duda, la incertidumbre y el dolor llego a un punto sin retorno, ya no tenia nada que perder, ya no tenia nada que ganar.
Liberada de todo y todos soltó sus brazos de todo aquello que la mantenía atada y con la ligereza de una pluma salto al vacío. Y fue ahí en el vacío donde su corazón volvió a latir con tanta fuerza que ya no había espacio para la duda o la equivocación.
La mujer ordinaria el latido de su corazón eran uno. En ese instante aprendió todo lo que necesitaba saber y experimento todo lo que necesitaba sentir.  
Hoy es un día diferente, una invitación para soltar y saltar, en el vacío el latido de tu corazón te mostrara el camino de regreso a casa.

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