El sueño que hemos recreado una y otra vez en nuestra mente consiste en llegar a. Nos vemos llegando a ese lugar especial, a esa persona especial, a esa vida maravillosa, donde todo será felicidad.
Cuanto mas afán tenga en mi viaje, menos disfrutare del trayecto, olvidare reír, olvidare llorar, olvidare sentir, olvidare amar. Guardando todo para el glorioso momento de llegar.
La jornada de cada día es la meta, por mas que sueñe con llegar, siempre estoy en el camino, la vida es un constante ir hacia. En el momento que me detenga porque creo que llegue, en ese mismo momento también detengo el flujo de la vida.
Para disfrutar el camino necesito de una vez y por todos abandonar la jaula de mis condicionamientos y buscar la verdad que esta en mi corazón, es en ese momento cuando empezare a ver la vida como realmente se.
El ser humano integra la naturaleza triple de la vida, el en si mismo es uno de los elementos y en el esta presente lo manifiesto y lo inmanifiesto.
En mi constante “ir hacia” he aprendido todo lo que necesito para seguir, para disfrutar, para vivir.
Hoy es un día diferente, una invitación para reconocer cual es mi camino, para saber que “ir hacia” es la vida misma. Me entrego al viaje de la vida y desde ahí, vivo intensa y conscientemente.
Hoy es un día para recordar que vivir vale la pena.
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