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sábado, 28 de julio de 2012

Cuanto dura las lecciones de la vida...

Cada lección que nos toca vivir tiene su tiempo. A veces quisiéramos que la lección sea más larga que el maestro o la maestra se quede por más tiempo, pero cuando llega su tiempo es preferible dejar fluir el momento para que cada quién pase a sus nuevas lecciones y los aprendizajes no se detengan. 

Algunas veces pasamos por una lección sin lograr identificar cuales eran nuestros aprendizajes y envueltos en la confusión insistimos en continuar extendiendo el tiempo de la lección, pensando que si lo hacemos de esta manera todo será mejor. En esos momentos más que enfocados en los aprendizajes estamos sumergidos en las distracciones y se nos va el tiempo y la vida tratando de controlar y organizar aquello que ya tiene su propio orden. 

Las mejores lecciones llegan a nosotros sin grandes esfuerzos, algunas vienen acompañadas de maestros o Maestras exclusivos que nos ayudan a perfeccionar el arte de la paciencia, el amor, la tolerancia, el perdón, la misericordia entre otros. Cada maestro o maestra tiene su propio método, algunos nos llevan a las profundidades del saber ente risas y diversión, otros nos llevan al mismo lugar entre lagrimas y dramas. Todos los métodos son válidos y cada uno de nosotros utilizará en su rol de maestros para otros el más conveniente en cada momento. 

Las lecciones de la vida son constantes y dinámicas, cada cierto tiempo recibimos pruebas que nos permiten autoevaluar nuestros progresos y darnos cuenta de lo mucho que hemos avanzando y al mismo tiempo de lo mucho que todavía podemos aprender. 

A veces sin darnos cuenta elegimos lecciones que no nos correspondía. A todos una que otra vez nos ha ocurrido que entusiasmados o solidarizados por las motivaciones o necesidades de otros hemos terminado envueltos en situaciones que nada tiene que ver con nosotros pero que una vez en medio de ellas nos tocará actuar. En esos momentos es importante reconocer lo antes posible identificar cual es la "lección oculta" que tenemos ahí, aprenderla y con reverencia volver a nuestro lugar, al que realmente nos corresponde. 

Aprovecha cada lección mientras dure y reconoce el final del capitulo sin resistencias. A veces ocurre que no quisiéramos que algunas lecciones terminarán nunca y luego nos damos cuenta que fue lo mejor, que ya no había nada para ti, ni para los demás. Otras veces estamos impacientes por terminar una lección, porque pensamos que lo que viene después será mejor y poco tiempo después descubrimos que esa experiencia era mucho más ricas y placentera de lo que alcanzamos a comprender. 

En fin, cada lección de la vida dura su tiempo justo...celebra con igual alegría los principios y los finales, la vida es movimiento, nada permanecerá inmutable, todo cambia, avanza y se transforma. 

Agradezco las lecciones de vida que he experimentado, agradezco la presencia y la ausencia de los muchos maestros y maestras que me han acompañada en el camino. Estoy lista, disponible y entusiasmada por las lecciones que aún me faltan por vivir.

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