Estos últimos días de mayo han sido muy especiales para mi, en especial porque he podido darme cuenta de todas las cosas físicas y espirituales con las cuales he sido bendecida.
Hasta este momento no se me había ocurrido incluir entre mis activos un inventario de las bendiciones que he recibido de la vida, fuentes de agradecimiento y bienestar permanente.
En mi inventario cuento con grandes cantidades de amor, solidaridad, comprensión, regalos del alma, amigos entrañables, mensajes alentadores, oraciones, alegría, aprendizajes, tristezas compartidas, dolores musculares, masajes que curan hasta el alma, oídos disponibles para escuchar desde chistes hasta quejas, ojos disponibles para ver y aceptar tal como es, consteladoras, terapeutas, soñadores, realistas, niños intelectuales, niños divertidos, peces, flores, la dicha de escuchar, de ver, de tocar.
La lista es infinita, las manifestaciones también. Ya sea en persona, por e-mail, por teléfono, por mis cartas de los ángeles, por un libro que leí, un pensamiento o simplemente por la dificultad que tengo en el momento, las bendiciones siempre están ahí, disponibles para mi.
Una noticia aún mejor es que las puedo y las quiero compartir. Es mi manera de multiplicarlas y agradecer todo lo que he tomado y he recibido de esta vida.
Cuando los días parezcan grises o desalentadores es suficiente con recordar que cada uno de nosotros tiene una provisión de bendiciones a la que podemos acceder.
Como me dijo el eminete sabio Delio Canela: " El universo no nos quita nada, solo nos libera"
