Vivir desde tu centro con la tranquilidad del que confía, la disposición de quien se sabe responsable de su propia vida es de alguna manera estar abierto a despertar al ser interior que vive en ti.
Las distracciones, la dispersión nos lleva por caminos confusos. En este estado el balance entre la mente y el corazón se pierde y actuamos sin claridad y de alguna manera movidos mas por las ilusiones que por las convicciones.
Abrir la vía de comunicación ente nuestra mente y nuestro corazón nos hace entrar en otra dimensión, empezamos a ser capaces de actuar desde la pureza del corazón y dejamos a la mente la logística para la ejecución.
Muchas veces queremos actuar movidos solamente por la lógica de nuestra mente, con el paso del tiempo nos damos cuenta que actuando así nos rodeamos de decisiones incompletas que parecen muy convenientes, pero que en realidad no nos aportan vida, ni entusiasmo para vivir.
Una vez asumido el final de una etapa y el inicio de otra, toda podrá fluir en mayor armonía si estas despiertos interiormente, si nuestro corazón y nuestra mente están prestos para bailar el mismo ritmo y la misma melodía.
Hagamos propósitos claros para nuestro accionar. Que combinen los pensamientos y los sentimientos para que sus resultados sean coherentes, consistentes y satisfactorios para nosotros mismos y para nuestro entorno.
Uno de los retos de estar despiertos interiormente es saber que mi bienestar y satisfacción no implica malestar o insatisfacción para otros. Saber que si confío y creo en la abundancia de la vida y del universo con toda seguridad recibiré las bendiciones que están destinadas para mi cada día.
Hoy es un día diferente, una invitación para despertar a tu ser interior y junto con el plantear nuevas y frescas perspectivas en tu vida.
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