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jueves, 17 de mayo de 2007

Permiso para ser...



Disculpen que hoy ande vivo por estos predios, hace años sin querer cometí la imprudencia de nacer, como nadie hizo nada para evitarlo, con tiempo fui creciendo y hoy que es tan evidente que les incomoda mi presencia no tengo ya interés en complacerlos.

Hay amores que matan, que anulan, que aniquilan, que humillan, que destruyen, que minimizan.
Hay historias que se cruzan, que se enredan, que se complican, que se tejen y con el tiempo se vuelven una madeja.
Hay destinos encontrados, hay luces y hay sombras, hay frío y hay calor. Hay odio, hay guerra, hay cariño, hay amor.

Cierro los ojos y veo el mundo, abro las alas y emprendo un viaje a la libertad. Que se enteren que estoy vivo, que no se pudo evitar, que ya pasaron los años y que soy más que un mito, soy yo mismo, soy mi propio verdad.

Sumerjirse en la vida...

No te quedes en la orrilla, mojate, sunerjete, dejate tocar. Disfuta de la brisa y de la risa. Disfruta del sol y el resplandor. Vive cada instante, vive intensa y gozosamente.

Hoy es dia diferente para ver, para sentir, para actuar con alegria y con gozo.

miércoles, 9 de mayo de 2007

Movimiento, ritmo, armonía...

Estamos creando consciencia de los movimientos de nuestro cuerpo, para desde ahí encontrar y encontrarnos con nuestro propio ritmo, el que nos hace vibrar, repicar o resonar como tambores vivientes.

Nos paramos y encontramos nuestro centro y desde ahí experimientamos una gama de movimientos y acrobacias que creiamos reservadas para otros, balancer el torso, poner el acento con el pie o con la cadera, repicar con el pie, mover, fluir, dejar ir y dejarse llevar para el propio disfrute.

Una camino que nos hace reencontrarnos con la magia de ser mujeres, diosas, capaces de encantar y hechizar al ritmo de la clave en un movimiento que empieza con el sol y termina con la luna de mi cuerpo paisaje.

Un, dos, tres, dos, tres... movimientos y pausas unas veces más lentas otras más rapidas la clave del baile, para mi la clave de la vida.

domingo, 6 de mayo de 2007

Las Perlas me hacen recordarte...


hace dos semanas mi Mamá me llamó para informarme que estaba muy mal la Tia Thalia, al día siguiente ya habia fallecido. El día de su entierro, me vesti de negro y me puse mis aretes de perlas blancas en combinación con el anillo. No puede asistir al entierro y me pase todo el día con una mezcla de tristeza y nostalgia. Durante el día en muchos momentos llegaba a mi mente la imagen de mi infacia que recuerdo con claridad, una señora esbelta, rubia , refinada, que siempre tenia puesta perlas, esa es la imagen que tengo grabada de la tia.

Yo no tengo elementos para describir con detalles a la tia Thalia, nunca fui tan cercna a ella. Sin embargo, si me confieso admiradora de su elegancia, de su entereza, de ese caracter firme y rebelde que caracteriza a muchas de las mujeres de mi familia.

Querida tia Thalia descansa en paz, espero que hayas sido feliz. Nosotros seguimos nuestro camino y en particular te agradezco porque de ti aprendi a apreciar las perlas.

Cada luz encendida es una historía...


Alguien me dijo hace unos días que cada vez que viene de regreso de un viaje en avión cuando se inicia el descenso y ve por las ventana todas las luces encendidas de la ciudad, siempre recuerda a un buen amigo que en una oportunidad le dijo, tu ves todas esas luces, cada una es una historia.

Cuando escuche el comentario realmente me encanto, solo haría una pequeña modificación para el caso de nuestro adorado país, aquí cada luz encendida y cada luz apagada es una historia. Porque si bien es cierto que la lluvia no para la fiesta, lo mismo podemos decir de los apagones.

Más que la luz eléctrica que nos ilumina, la verdadera luz que encierra una historia es la de nuestra presencia, ese ser especial y único que somos. Nuestra forma diferente y al mismo tiempo común de vivir la vida. Cada ser humano es tan parecido y tan diferente del resto de la humanidad que podemos llegar a pensar que se trata de una adivinanza que nos toma toda la vida para adivinar.

La autenticidad y espontaneidad es más fácil de identificar en los niños, en ellos hay menos temor a ser, hay más libertad para expresarse y para sentir. Si lográramos que de adultos fueran igual de coherentes daríamos uno de los pasos más importantes de la historia, bueno al menos de la historia que me gustaría contar a mi.

Todo se ha vuelto tan relativo, tan indefinido, tan superficial, lo bueno puede parecer malo y lo malo puede llegar a ser bueno, si conseguimos la legitimidad. Bueno, no quiero extender una simple reflexión sobre luces y convertirla en un tratado existencialista. Simplemente quiero expresar la tristeza que me producen que se apaguen las luces sin que podamos hacer nada, por eso quiero que cada luz encendida que encuentre en mi vida se convierta en una historia para la eternidad.