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martes, 7 de diciembre de 2010

Sentir.

Sentir y liberar el dolor. Durante mucho tiempo considere el dolor como una verdadera desgracia, hoy poco a poco me reconcilio con esta sensación que simplemente es parte de la vida.
Saber que el dolor estuvo, esta y estará presente en mi vida, ya no me preocupa ni me asusta. Hoy se que ese dolor que el dolo no es para hacer sufrir, es  para hacerme mas consciente. El sufrimiento es el resultado de mi resistencia al dolor como es.
A medida que soy mas consciente, puedo aceptar cada sensación de mi cuerpo y de mi experiencia de vida simplemente como es. Todas vienen y van, no me apego a ninguna, no las rechazo.
Para que brilles los colores de mi corazón es preciso vivir cada experiencia como es, con honestidad y objetividad, con amor y compasión por mi misma.
Ese dolor que tantas veces rechace, del que tantas otras huí, era el camino por el cual necesitaba transitar para continuar mi proceso de crecimiento y transformación. Hoy tengo la gracia de verlo y aceptarlo como es.
Siento el dolor de mi pies cuando recorro mis caminos, siento el dolor de mis brazos por la jornada que parece interminable, siento el dolor en cada parte de mi cuerpo por entregarme con todo mi ser y mi corazón a las labores que me corresponden en este instante. Siento el dolor de las partidas que este año ha traído a nuestra familia, siento el dolor de los cambios en mi vida, siento el dolor de la transformación, siento el dolor por los riesgos que he corrido y continuare corriendo.
Siento todo lo que es, tal como es. Sin quejas, sin lamentaciones, sin arrepentimientos. Hoy se que sentir es igual para el dolor que para el placer y acepto con reverencia y apertura el sentimiento que corresponde a cada experiencia a cada instante de mi vida.
Mi cuerpo, mi vida y mi alma se merecen fluir, ya no quiero mas deudas por sentimientos reprimidos, por experiencias a medio vivir. Hoy vivo la vida de cada día tal como es, con risas o lagrimas, con alegrías o penas, con dolor o con placer.
Hoy es un día diferente, una invitación para sentir las experiencias de la vida, tal como son. Sin restricciones, sin bloqueos, sin prejuicios. Simplemente vive este momento tal como es.

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