Escuchar a mi corazón en la soledad de mi habitación es agradable y fácil para mi. Continuar escuchándolo en medio de las prisas y los retos del día a día es un desafío que estoy dispuesta a asumir.
La voz de mi corazón es suave y muchas veces parece mas sutil que la de mi mente parlanchina.
Sus leves susurros los escucho en las sensaciones de mi cuerpo, a través de el mi corazón me habla una y otra vez.
Confieso que no siempre estoy dispuesta a escucharlo, muchas veces las ideas que llegan a mi mente ganan mi atención, entonces cuando miro hacia atrás me doy cuenta que las respuestas ya las tenia.
Fluir y relajarme hasta alcanzar sin esfuerzo el equilibrio entre mi mente y mi corazón es la máxima expresión de mi lealtad personal.
Decirme a mi misma en voz alta lo que pienso, lo que siento, mis intenciones, mis aciertos y desaciertos. Actuar guiada por mi voz interior mas allá de las apariencias, de la aprobación de los demás.
Se leal a mi misma es y ha sido siempre una de mis mas altas aspiraciones y propósitos de vida. Saber que voy viviendo a cada momento hasta donde soy consciente, sin pretensiones, sin expectativas.
Ser la hija de mis padres, la hermana de mis hermanos, la amiga de mis amigos, la tía de mis sobrinos, la nieta de mis abuelos y la por siempre amante de mi propia vida, me hace despertar cada mañana con deseos se continuar recorriendo el camino de la vida.
Hoy es un día diferente, una invitación para ejercitar tu lealtad personal en todos los ámbitos de la vida, abandona por un momento las poses y las apariencias y se para ti todo lo que eres.
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