Todo absolutamente todo cuanto existe en este mundo, forma parte del ciclo de la vida, a veces estamos tan contentos y cómodos con las circunstancias actuales de nuestra vida, que ante el menor movimiento o cambio nos sentimos amenazados y empezamos a resistirnos.
Detener el ciclo de la vida es simplemente detener la vida, no participar deja de ser una opción, ya que el ciclo sigue su curso con o sin nosotros.
Una vez un ciclo de la vida esta en movimiento los cambios y transformaciones llegara, podemos resistirnos, lamentarnos, sufrir, aferrarnos y hasta hacernos de la vista gorda, pero tarde o temprano vamos a ver, vamos a sentir y vamos a experimentar el cambio.
Aquello que resistes, persiste. Esta frase que parece tan simple encierra de manera especial y resumida el ciclo de sufrimiento en el cual nos envolvemos cuando nos resistimos a crecer, a cambiar a transformarnos.
A veces queremos continuar siendo la niña, la jovencita que una vez fuimos, otras veces nos adelantamos en el tiempo y nos convertimos en nuestra propia madre o abuela. No importa si vamos hacia atrás o hacia delante, en cualquiera de los casos estamos fuera de tiempo y la vida es simplemente ahora.
Reconozco mis resistencias a los ciclos naturales de la vida. Día a día trabajo conmigo misma para transformar la resistencia en aceptación genuina y lograr realmente fluir con los acontecimientos de la vida e incluirme en su ciclo, agradezco la presencia de muchos maestros y guías en mi vida, que con su presencia, actuaciones y palabras me muestran las partes de mi misma que no quiero ver. Gracias por ser mi espejo.
Hoy es un día diferente, Para muchos el primero de muchos, para otros el ultimo. En cualquiera de los casos todos somos parte de este ahora sin importar si estamos en la cúspide o en el valle.
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