Sabiduría

Había una vez una ciudad llena de gente sabia, cada persona que allí vivía , tenia una forma especial de mostrar su sabiduría.
Algunos la transmitían desde las palabras, otros desde el silencio. Cerca de la montaña estaban los sabios que iban esparciendo su sabiduría mientras caminaban o escalaban las montañas. Así en la ciudad se vivía en armonía y en sabiduría.

Cada habitante sabia que su don era valorado y que con el contribuía a que todos fueran sabios. Cada sabio admiraba en el otro su sabiduría, identificando las diferencias, disfrutándolas con alegría.

Un buen día, al despertar la ciudad de la sabiduría, empezó a dudar si realmente existía y en apenas unos minutos la magia desaparecería. La gente se mira una a otra, era extraño lo que sentían, se había evaporado la magia, la sabiduría no existía. Ya la gente era ordinaria nadie se comprendía, se acabo la armonía, el respeto y la alegría.

Desde ese extraño dia, la duda los acompaña, los que hablan sueñan con callar, los callados luchan por hablar, cada uno esta inconforme y vive en busca de la sabiduría. No es suficiente la sabiduría que se manifiesta desde dentro. Todos quieren conseguir la encontrar la que viene desde fuera, la que en otros admiran.

Así perdimos la ciudad y a los sabios que allí Vivian. En tan solo unos minutos de dudas, la confusión se apoderaría, se nos olvido que existía una ciudad completa llena de sabios y de sabiduría. Desde entonces cada mañana al despertar volvemos a sentir que existe la sabiduría, algunas veces la escuchamos y por un día nos convertimos en los sabios que en la ciudad vivían.