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jueves, 8 de abril de 2010

Entrega

Había una vez una niña de ojos grandes y mirada curiosa
Ella miraba el mundo llena de entusiasmo y alegría,
Vivía feliz en su mundo lleno de ilusiones, historias de duendes y fantasías.

La niña jugaba a ser grande, a ser feliz en la vida,
Algunas veces era doctora, escritora o artista.
Sus días transcurrían entre la noche y el dia, viviendo sus sueños,
Disfrutando la vida.

La niña de ojos grandes con el paso del tiempo crecía,
Su mirada curiosa toda la vida la acompañaría, su alegría y su risa
En algunos momentos se apagaba y volvía.
Con el paso de los años, su claridad se confundía, olvidaba sus sueños
Y jugaba a la vida.

La niña de ojos grandes, ya dejo de ser niña
y ahora de grande el realismo la invadía
de que valen los sueños si la vida esta vacía,
para que tantas risas si los duendes no existían.
Fueron largos los días de soledad, angustia y vigilia.
De tener las manos llenas ahora las veía vacía.
Fueron tristes esos momentos, la niña no lo creía,
al realizar su sueño la magia desaparecía.

Un buen día la hoy mujer, niña de ojos grandes se dio cuenta que los sueños no morían
Que la magia, los duendes y la alegría dentro de ella aún Vivian,
Se seco todos sus lagrimas, puso el frente a la vida,
empezó a entregarse a cada tarea, todo era parte de su misión en la vida
Nada es poco, nada es simple, si lo haces con entrega, con amor y con alegría.

La mujer de ojos grandes y curiosos va contenta por la vida,
acompañada de sus sueños, sus amigos y su alegría,
entregada con pasión, amor y alegría a simplemente
vivir con entrega total cada dia de su vida.

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