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sábado, 17 de abril de 2010

Compasión



Me he dado cuenta que a muchas personas no les gusta que las personas le manifiesten su sentimiento de compasión hacia ellos. Pareciera que cuando alguien nos compadece, nos disminuye.
Esta palabra llego a mi hoy y me anime a buscar su origen, me he dado cuenta que entender un poco el origen nos ayuda a entender el presente. Este maravillosa palabra que proviene del latín y del griego, es un elemento clave del cristianismo, del budismo, entre otros.

Si nos vamos a la definición literal estamos hablando de sufrir juntos, de tratar con emociones. Es decir, que cuando alguien siente compasión por nosotros, nos esta ofreciendo su acompañamiento en este momento que estamos viviendo.


La compasión (del latín cumpassio, calco semántico o traducción del vocablo griego συμπάθεια (sympatheia), palabra compuesta de συν πάσχω + = συμπάσχω, literalmente "sufrir juntos", "tratar con emociones ...", simpatía) es una emoción humana que se manifiesta a partir del sufrimiento de otro ser. Más intensa que la empatía, la compasión describe el entendimiento del estado emocional de otro, y es con frecuencia combinada con un deseo de aliviar o reducir su sufrimiento.


Liberemos a nuestra compasión del ego, para que cada vez la entreguemos con mayor respeto y amor. Ser compasivos nos hace mejores, nos hace especiales si lo hacemos con humildad y desprendimiento. Es un serlo, sin necesidad de parecerlo. De igual forma aprendamos a recibir con humildad y amor la compasión que nos ofrecen, reconocer que necesitamos, pedir y recibir la ayuda nos hace mejores personas. Saber recibir es ser compasivos con nosotros mismos, darnos la oportunidad de reconocernos vulnerables y necesitados en un momento determinado de la vida.

Miremos a nuestro alrededor con nuestros sentidos limpios y alertas, para reconocer quienes necesitan de nuestra compasión y de igual manera manifestar con humildad nuestra necesidad cuando sea preciso. Dejemos de utilizar la compasión como una mascara para ocultar nuestra necesidad, brindando una atención excesiva a quienes consideramos “pobres” o “enfermos”. Muchas veces lo que damos en “exceso” es el reflejo de nuestra necesidad insatisfecha, antes de mirar hacia afuera, miremos por unos minutos hacia dentro.

Hoy es un dia diferente, empieza a ser compasivo contigo mism@, tratándote con amor, respeto y cuidado. Recuerda es más fácil y responsable dar de lo que tienes.

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