Somos inmensamente poderosos y a veces lo olvidamos o simplemente nos dejamos confundir. En todas partes hay buscadores de belleza y de grandeza. Personas que encontraron su propia grandeza y que desde la humildad nos invitan a encontrar la nuestra.
La verdadera grandeza viene de la humildad, de la sencillez y del amor. Conectarte con tu grandeza, es conectarte con tu felicidad, es dejar salir tu propia luz para que te ilumine y sea inspiración y luz para otros.
Puedes ser un buen faro para otros, solo por algún tiempo, es una misión personal ineludible que cada uno de nosotros procure encontrar su propia grandeza. Durante mucho tiempo hemos sido educados para iluminarnos con la luz de otros, para pensar que es preciso se especial para que nuestra luz brille.
La historia es al revés, no necesitas ser especial para que tu luz brille. Te vuelves especial cuanto fluyes y dejar fluir tu luz. No somos el producto de la sociedad, la sociedad es el producto de nuestras acciones. No somos las victimas del destino, somos creadores de posibilidades.
Conectarte con tu grandeza, implica dejar de lado el ego, el egoismos, la angustia y la preocupación. Es simple, es tan sencillo como reconocer que eres un canal de luz creado por Dios y que si te dejas fluir la luz brillara.
Gracias, Gracias, Gracias por recordarmelo.
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