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sábado, 23 de enero de 2010

ser un factor de cambio...

Cuando vemos y experimentamos situaciones que nos afectan o que afectan a otros, es usual que algunas personas se sientan tocadas a hacer algo para cambiar la situación. En muchas oportunidades guiados por esa insatisfacción y gran deseo de transformación nos hemos involucrado en actividades que nos desgastan y nos dejan si energía.

Esto fue una parte de mi reflexión mientras ayer veía la película la sonrisa de la Mona Lisa. El papel de Julia Roberts como profesora de una Universidad de mujeres extremadamente tradicional, la lleva a querer constituirse en un factor de cambio. A medida que la película transcurre pareciera que la razón esta en alguna de las posiciones que asumen los diferentes personajes. Sin embargo a medida que la película avanza empecé a ver la razón distribuida por todas partes.

Invitarnos a ver el mundo con ojos nuevos puede ser el aporte de algunos para todos, pero de igual manera conservar algunas tradiciones puede ser el aporte de otros. Es cuando seguimos nuestra fe y nos transformamos y cambiamos a nosotros mismos, cuando realmente llegamos a tocar el corazón de otros. Cada toque nos transforma tanto a nosotros como a quien es tocada, y lo mejor de la historia es que en ningún momento tenemos el control de la dirección en que nos moverá cada toque.

A veces seguir un pensamiento es tan transformador como crear un nuevo, no importa cual camino tomemos, lo que hará la diferencia es el nivel de conciencia que tengamos al momento de elegir, de decidir. La gente cambia todo el tiempo, el cambio no viene desde afuera, el verdadero cambio viene desde dentro y realmente solo puede ser orquestado y dirigido por nosotros mismos.

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