Rescatar y recrear los sucesos significativos de nuestra vida, es parte de las maravillas que la vida nos ofrece. Ayer al caer la tarde tuve el privilegio de contar con la compañía de gente especial y maravillosas.
Seres humanos llenas de sabiduría e historias para compartir. Nos une los sueños, nos unen las posibilidades, nos une los sabores que compartimos, nos une la risa, las lagrimas, nos une el deseo de aprender y crecer cada día.
En medio de tantas situaciones que nos conectan con el dolor, la tristeza y la desolación, la buena compañía se convierte en un oasis que nos nutre y nos eleva. Esos momentos que por su sencillez y calidez se vuelve trascendentes y especiales en nuestras vidas.
Mientras compartía y escuchaba a una y a otra me quedaba fascinada de nuestra capacidad de seguir soñando, de seguir avanzando, de seguir buscando, de seguir esperando y confiando.
Esa buena compañía que a todos en algún momento de nuestra vida nos nutre y nos eleva tienen sin lugar a dudas la esencia de el femenino que vive en cada uno de nosotros.
La invitación de hoy es a que dejemos que todos esos sentimientos, ideas y sueños que nos hace reír en lo mas profundo de nuestro ser, puedan salir a bailar la danza de la vida. La vida es mucho mas de lo que muchas veces creemos y la felicidad sale del alma y contagia todo lo que nos rodea. Liberarte y libera toda la alegría y la magia que hay en ti.
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