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martes, 24 de agosto de 2010

Una mirada bondadosa.

Hay un país en el mundo como decía Pedro Mir, donde solo es preciso salir a la calle para encontrar historias que nos hacen reflexionar y saber que ver la vida desde aquí es tan diferente como desde cualquier otro ángulos.

En este país, encuentras una cantidad inmensa de niños y niñas que piden, que limpian vidrios, que venden cosas, es decir que trabajan y viven en la calle. Con mucha frecuencia hablamos sobre esos casos, algunas veces de forma despectiva y otras veces con tanta pena.

De cualquiera de las dos maneras los colocamos de manera inevitable en la lista de los perdedores. Al mirarlos con tanta pena y tanta imitación les quitamos la posibilidad de cualquier vestigio de grandeza, es como si anuláramos para siempre su dignidad y la mas remota de las posibilidades de que en algún momento puedan florecer.

Cuando pienso sobre nuestra manera de ver al otro, me doy cuenta que esta forma de mirar no se limita a esos pequeños que mendiga. Trasladamos esta mirada a muchos otros, incluso a aquellos que amamos.

Miramos desde nuestros temores, desde nuestra tristeza, desde nuestro dolor y con esa mirada valoramos al que tenemos en frente. Si por un minuto limpiáramos nuestros ojos y fuéramos capaces de mirar con ojos de bondad, es probable que pudiéramos ver la luz que brilla en nosotros y esto nos abriría las puertas para ver la luz en los demás.

Cuando miras al otro con ojos de bondad de alguna manera te devuelves tu propia grandeza, tu dignidad y es desde todo lo bueno que deseas y te concedes a ti mismo (a) que puedes regalar miradas bondadosas a los demás.

Detente por un instante y reflexiona.
Cómo te ves a ti mismo (a) en este momento?
Qué ves en ti?
Qué ves en las  personas que te rodean?

Hoy es un día diferente, regala miradas bondadosas a todos los que te rodean empezando por ti mismo (a). Te presente que mirar con bondad no es sentir pena por el otro, es ver la grandeza y la dignidad que viven en el, es ver como brilla su luz aunque en este momento no de los resultados que tus ojos esperarían ver.

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