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jueves, 19 de agosto de 2010

Una Lágrima

Cuando era una niña pensaba que la lluvia eran las lagrimas de Dios. Me gustaba los días de lluvia y me encantaba que Dios llorara. Para los niños llorar es un acto de desahogo que los libera. Después de una buena llorada con todo el sentimiento es probable que se duerma como un angelito, como si nada hubiera pasado.

Los adultos nos esforzamos porque los niños dejen de llorar sin darnos cuenta que el llanto es parte de su desarrollo y aprendizaje. Una niño que sea capaz de llorar cuando lo necesita también podrá reír en su momento.

En nuestro deseo de proyectar una imagen de fortaleza y siendo fieles a las creencias sociales que asociación las lagrimas a la debilidad, a la vulnerabilidad poco a poco las hemos dejado de lado. Reservamos las lagrimas para momentos de dolor intenso donde al parecer unas lagrimas son bien vistas.

La invitación del día de hoy, va mas allá de una lagrima “bien vista”. Mi motivación surge de la necesidad que muchas veces tenemos de contactar con esa lagrima que se quedo atrapada en lo mas profundo de nosotros mismos y que en el momento que la dejemos salir la liberaremos y nos liberaremos a nosotros mismos.

Quiero compartir algunos parrafos del capitulo "La entrega de una lágrima" del  libro “Mujeres que corren con los lobos” de Clarissa Pinkola.

“ Cuando alguien se ha adentrado hasta el extremo en su relación con la naturaleza de la vida/muerte/vida, la lagrima que derrama es la lagrima de la pasión y de la compasión por la propia persona y por la del otro. Es la lágrima que mas cuesta derramar, sobre todo para ciertos hombres y para cierta clase de mujeres “endurecidas por la vida”

“ Cuando un hombre derrama la lágrima, significa que a llegado a su dolor y se percata de ello cuando lo toca. Se da cuenta de que ha vivido una existencia a la defensiva por culpa de la herida. Se da cuenta de las cosas que se ha perdido en la vida por este motivo y de lo paralizado que esta su amor por la vida, por su propia persona, por los demás”

“En los cuentos de hadas las lágrimas cambian a las personas, les recuerdan que es lo mas importante y salvan sus almas. Solo la dureza del corazón impide el llanto y la unión. Hay un dicho que yo traduje del sufi hace tiempo y que es mas bien una plegaria, en la que el orante le pide a Dios que le rompa el corazón: “Destroza mi corazón de tal forma que quede espacio libre para el amor infinito”

Hoy es un día diferente, deja caer esa lágrima y todas las que sean necesarias para curar las heridas que aun te duelen. Recuerda cuando eras un niño o niña y llorabas sin prejuicios, sin miedo.

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