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miércoles, 4 de agosto de 2010

Inocencia

Muchas veces tenemos una sensación con respecto a una situación, a una relación o algún aspecto de nuestra vida. Esa sensación se manifiesta de múltiples manera y se nos hace difícil poder explicar que es lo que sentimos, que nos pasa.

En esos momentos que tu intuición esta trabajando para alertarte, muchas veces el mensaje no llega por claridad por la interferencia de tu mente, o de tus propios sentimientos.

A veces nos envolvemos en una burbuja de inocencia, pero como todo lo que ocurre en nuestra vidas no importa cuanto intentemos engañarnos a nosotros mismos la vida nos muestra lo que nuestros ojos no quieren ver. Esa burbuja de inocencia, no viene de la pureza de actuar como un inocente, viene mas bien de la impotencia de saber como lidiar con una determinada situación,

Nos volvemos inocentes porque hemos perdido por un momento la brújula y estamos desprotegidos. Cuando esto ocurre es preciso incrementar la confianza en el poder divino y pedir su protección y guía. Dejarse guiar implica entregar el control y en verdad estar convencida que toso estará bien. Es un acto de inocencia que viene de la fe.

Nuestra responsabilidad personal implica dar a cada situación y persona de nuestras vidas su justo lugar, saber que todos y cada uno de nosotros, actúa desde diferentes perspectivas y muchas veces lo que parece “malo” no lo es. De igual manera lo que parece “bueno “ no lo es. Renunciar a ver las cosas y las personas como se manifiestan en cada momento, respetando sus procesos y los míos.

Hoy es un día diferente, Pon tus pies tranquila y confiada en la tierra que te sostiene, deja que tu corazón se llene de pasión por lo que haces, que tu mente se mantenga enfocada y serena y entrega todo tu ser a la voluntad divina. La verdadera inocencia es sabiduría pura.

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