Muchas veces hemos escuchado que la verdadera riqueza viene del interior de cada ser humano, sin embargo, como igual frecuencia veo lo difícil que resulta llevar esta verdad da nuestras propias vidas.
Es tan fácil de decir y si estamos en la disposición será sencillo de aplicar. Como todo deseo requiere que estemos enfocados, que dediquemos el tiempo y esfuerzos que sean necesarios, nos desapegamos de los resultados y mas que una practica religiosa o moral, la experiencia de nuestra riqueza interior se convierta en nuestro estilo de vida, guiando cada paso y cada momento de nuestras vidas.
En el plano material, somos sabios administrando nuestros vienes materiales, cuidamos de no perder los recursos para cubrir nuestras necesidades básicas. Evaluamos los riesgos antes de invertir nuestros ahorros, consultamos a expertos para que nos ayuden a generar mas riqueza. Nos sacrificamos si es preciso para conservar ese patrimonio que es nuestro y quisiéramos entregar a nuestros hijos.
Si ya conocemos la sabiduría que se necesita para administras las cosas que quieres y valoras, porque nos resulta tan difícil hacer lo mismo con nuestra riqueza interior. Que nos impide cuidar la paz, la armonía y el equilibrio. Descuidar estos aspectos es como dejar nuestra cartera tirada en medio de la calle, estamos exponiendo nuestros recursos y así podríamos ver todo lo que podemos hacer para que crezca nuestra riqueza interior.
Mas allá de contar lo que deberíamos hacer o no, creo que con el simple hecho de ponernos en contacto con la sabiduría que vive en cada uno de nosotros, ya daremos un pequeño gran paso. Que sea la mujer sana, el hombre sano que vive en cada uno de nosotros quien cuide incremente toda esa riqueza interior que nos sostienen y nos hace transcender.
Hoy es un día diferente, que la lluvia cubra con su rocío toda nuestra belleza interior, limpiando y refrescando lo mejor de nosotros para nosotros mismos y para los demás. Te deseo un día lleno de amor.
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