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miércoles, 21 de julio de 2010

Se mueven las raíces.


No importa que tan fuerte puede ser un árbol cuando las raíces se mueven todo el sistema se extrémese. Esa es la sensación que me acompaña en este momento. Sigo avanzando, continuo haciendo lo que necesito hacer a cada instante, pero la sensación de que todo se extrémese me acompaña todo el tiempo.

Ayer en dos momentos del día enfocada desde distintos ángulos entendí con mayor claridad como la falta de reverencia y respeto por los ciclos naturales de la vida, nos esta destruyendo.

La imposibilidad que tenemos muchas veces de reconocer como podemos volver al ciclo de la vida, la dificultad para con humildad reconocer a quienes están a nuestro lado, sabiendo que ellos son en gran medida la vía para llegar a lo divino, respeto por la tierra que nos sostiene y alimenta.

Nuestra visión muchas veces limitada y conformista nos hace olvidar que un día somos follaje y otro somos raíces. Las raíces son las bases que sostienen, el follaje se ocupa de dar la cara al viento mostrando su belleza y haciendo gala de su flexibilidad y frescura.

Si insistimos en ser eternamente follajes, dejando para otros la responsabilidad de las raíces, será inevitable que las raíces se sigan moviendo y todo el árbol este en peligro. Si nos ocupáramos mas de lo esencial en cada minuto tendríamos menos tiempo para preocuparnos por lo superficial.

Hoy es un día diferente, observa si tus raíces se mantienen en el mismo lugar o si en su movimiento se debilitan o se fortalece, la lluvia limpia y refresca el follaje.

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