Todos los días jugamos a la certeza. Creemos que tenesmos el control para que la vida siga el rumbo que nosotros establecemos. Y nos sorprendemos cuando el curso cambia de rumbo y nos damos cuenta que no seguirá nuestro plan.
Existe un orden para todo cuando ocurre, este orden esta mas allá de nosotros mismos, para entenderlo seria preciso desapegarnos de todas las ideas preconcebidas, de los prejuicios y de las criticas.
Ir a lo mas profundo de nosotros mismos, encontrar ahí armonía y saber que toda situación nos esta mostrando algo fundamental que debemos y necesitamos aprender.
Mientras juguemos a adivinar el destino, queriendo imponer nuestra voluntad el camino se tornara doloroso y el sufrimiento será inevitable. En el mismo momento que dejamos que nuestro corazón sea tocado por la certeza del orden divino, abandonamos la lucha y empezamos a fluir.
Bajo el sol tenemos momentos para cada aprendizaje y soluciones para cada situación. Existen muchas maneras de luchar, a veces luchamos por permanecer, otros por partir. La verdad es que luchar en los momentos cruciales de la vida sirve de muy poco. Entregarnos a la voluntad divina requiere mas valentía y sin lugar a dudas nos permitirá cruzar el umbral del dolor mas consciente y tranquilamente.
Hoy es un día diferente, una invitación para fluir frente a los acontecimientos que nos presenta la vida, si hoy tienes oportunidades para reír, ríe con tranquilidad. Si por el contrario tu situación implica llorar, llora con absoluta confianza. En cada uno de los casos la situación es conveniente y apropiada para ti. Vívela con reverencia y gratitud.
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