Esa cansancio y ese desanimo que sentimos en algunos momentos de la vida, es en esencia un abandono a nuestro poder personal. A ese poder que nos ha sido otorgado para que tengamos la fuerza y la determinación para actuar y crear la vida que nos merecemos.
Cuando abandonas tu poder empiezas a abandonar tu vida, empiezas a dejar atrás la misión que te fue asignada. Aceptar y reconocer el poder que nos corresponde nos facilita el camino por la vida y nos recuerda que somos capaces de asumir y cumplir.
Responsabilizarnos por mantener nuestro poder activo y sano es una tarea única y personal. Solo nosotros mismos estamos asignados a realizarla. El poder que nos mueva viene de todo lo bueno y sano que hay en nosotros, si lo asumimos con humildad y valentía este poder nos ayudara a confiar, a actuar con responsabilidad y con respeto.
Cuando recupero mi poder personal, estoy en capacidad de actuar al servicio de la divinidad. Trabajando así por mi bienestar y siendo un canal de inspiración y luz para lo que necesiten continuar con sus propias misiones.
Hoy es un dia diferente, para ocuparnos de recuperar nuestro propio poder y acompañar a otros en la recuperación del suyo. Todo cuando necesitamos nos es otorgado cada dia.
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