El compromiso de escribir me acompaña durante todo este año. Sacar unos minutos para escribir todos los días, es saber que cada día me brinda una nueva oportunidad.
Ver la vida desde la perspectiva material y física solamente puede resultar agotador y desgastante. Mas allá de lo que vemos, escuchamos y creemos entender existe una voluntad divina que nos guia y nos acompaña si así lo decidimos y lo aceptamos.
Es por eso que pensar que tenemos todas las respuestas, se pueden convertir en un acto de soberbia que alimento nuestro ego y desgata nuestro espíritu.
Yo por mi parte simplemente escribo, siendo así canal para las palabras que están mas allá de mi misma.
Yo simplemente me siento y dejo que las palabras surjan y se una para formar frases, que van creciendo hasta convertirse en párrafos y así hasta que cada día se convierten en mensajes.
Yo simplemente escribo cada día, sin pretensiones, sin expectativas, sin apegos.
Regalar las palabras que viene a mi es mi ejercicio para el desapego, es mi lección diaria para fluir.
Hoy como todos los días es un día diferente. Solo que esta vez no te acompañe al despertar, hoy corresponde acompañarte al finalizar, al concluir.
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