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domingo, 25 de julio de 2010

Los Papás quieras o no.


Los hijos somos muchas veces jueces implacables, creemos que la vida nos da el derecho de juzgar y calificar el Padre que nos ha tocado.

Aun siendo adultos, nos reunimos con nuestros amigos y amigas y comparamos a un Papá con otro como si estuviéramos intercambiando Tazos o Postalitas. El mío... no tiene esto, el mío... tiene aquello. Los que siente que tienen una viga se la luce en el grupo, lo que creen que el suyo es una burra se van quedando calladitos.

Yo como buena hija, también he jugado ese juego, también he calificado las cualidades de mi Papá, por suerte el parece que se imaginaba que eso pasaría algún día y con mucho sacrificio se convirtió en un Papá viga.

Ahora que estoy mas grandecita, me doy cuenta que como hija no necesitaba tanto sacrificio, en realidad necesitamos mucho menos de lo que exigimos a nuestros Papás para ser los seres humanos que queremos ser.

Cargar a los Papás con todo lo que no nos sale bien en la vida es otro de nuestros abusos como hijos, es tan fácil cargar a papá con todo lo que no tengo el valor de afrontar por mi misma.

Se dice que hoy es el día de los Padres, pero por supuesto solo felicitaremos a los que merecen ser llamados padres, solos felicitaremos a los que han pasado la calificación, a los que pasaron el juicio, los demás no son Padres, entonces estamos listos para ir al destacamento mas cercano y en un solo declaración vamos a descalificar al no padre y por su puesto dos párrafos mas abajo vamos a incluir que somos no hijos.

Hoy es u día diferente, libérate de la necesidad de juzgar o calificar a tu padre o cualquier otra persona de tu vida. Recibe la vida en todas sus manifestaciones, agradece la herencia que recibes de tu papá tal como es. Si la vida fuera siempre como nosotros queremos, que haría el universo con los deseos de los demás.

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