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viernes, 3 de septiembre de 2010

Tierra

Coloca tus pies una al lado del otro, antes deja a un lado tus zapatos y con gran tranquilidad siente el suelo que pisas. Siente como todo tu cuerpo se relaja y se siente con mayor fuerza y fortaleza.

Las manifestaciones de lo mucho que amamos la tierra se dejan ver por todas partes. La forma como decimos “extraño mi tierra”, “ busco mis raíces” sentirnos conectados con la tierra es una fuente de fortaleza y de alegría para nosotros.

Para ver con mayor claridad, es suficiente ver a los niños jugando en la playa jugar en la arena, o verlos en el campo jugar en campo abierto. Cuando estamos rodeados de naturaleza la vida se llena de una energía especial.

Creo que todos amamos la tierra y por eso le hablo a ese lado amoroso de cada uno de nosotros para que haga uso de ese amor de manera mas consciente y asuma la cuota de responsabilidad que le toca para que podamos cuidar de todas esas maravillas que tanto nutre nuestro espíritu.

Podemos disfrutar un día de playa, sin dejar desperdicios, sin ensuciar, sin que nuestra presencia sea una amenaza para la naturaleza del entorno. Podemos ir al campo y caminar por los bosques sin destruir o crear desbalance en el entorno.

Somos talentosos y especiales, en el fondo de nuestros corazones lo sabemos. Cada uno de nosotros sabe como cuidar su entorno y como cuidarse a si mismo, dejemos las excusas y con confianza y relajamiento vamos a asumir esta responsabilidad.

Hoy es un día diferente, disfruta de los regalos que el universo nos da, coloca tus pies sobre la tierra y siente como se refresca todo tu cuerpo, como una nueva ola de energia y de vitalidad te acompaña.

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