Evaluar la calidad de la decisión de las personas es un experimento científico y artístico en el cual tenemos pocas posibilidades de acertar.
Muchas veces las decisiones de otros parece una locura vista desde nuestros ojos. Y Muchas veces es con el paso del tiempo que nos damos cuenta de los excelentes resultados que la decisión produjo. De igual manera no alcanzamos a entender como decisiones que desde nuestro punto de vista son lógicas, justas y excelentes pueden terminar dando como fruto unos resultados inesperados y desastrosos.
Cada decisión tiene una historia detrás y proyecta una historia hacia el futuro, pretender ganar el juego de la mejor decisión es arriesgarse a gastar energía juzgando sin elemento suficientes y lo que es peor a enviar nuestra insatisfacción al universo.
Los responsables de evaluar nuestros decisiones somos nosotros mismos y para esto es fundamental combinar nuestros pensamientos y sentimientos. Ver nuestra decisiones con una visión amplia y misericordiosa. Identificar si nos producen paz y tranquilidad, si lo que hemos decido impacta positivamente a nuestro entorno.
Tomar decisiones es una ciencia y un arte que afinamos con el paso del tiempo, siempre que actuamos centrados y serenos, sin dejarnos influenciar por las dificultades, por avalanchas de alegría desproporcionada, por tristeza o cualquier otro sentimiento, pensamiento o emoción. Seremos cada vez mas diestros.
Hoy es un día diferente, concéntrate en sentir el impacto de tus decisiones, date tiempo para sentir, se misericordioso y generoso contigo mismo, sin dejar de asumir a plenitud tu propia responsabilidad.
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