Esperar que nuestra vida se llene de eventos extraordinarios para empezar a ser agradecidos y sentir bienestar es permitir que sea el ego quien tome el control de nuestros pequeños momentos de grandeza.
Las pequeñas manifestaciones de luz, de amor, de alegría, de felicidad que llegan a nuestras vidas, son la manifestación de la grandeza divina. Lograr que se expanda en tan simple como recibirlas, apreciarlas, sentir y manifestar la gratitud en voz alta.
La mejor forma de entender la grandeza, es ver a los niños pequeños, como son capaces de transformar en risas y alegría todo su entorno y como en la medida que los miramos y nos hacemos conscientes de su presencia son capaces de manifestarse con la alegría, la inocencia y la ligereza de verdaderos Ángeles.
Hoy es un día diferente, mira a tu alrededor y advierte todas las pequeñas muestras de grandeza que te rodean. Escucha la música, las risas, respira el aire, saborea los alimentos que este día te ofrece. Deja que la grandeza colme tu vida con sus pequeños detalles.
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