Cada vez que tengo la oportunidad de compartir con mis sobrinos lo disfruto al máximo. Por un lado esta la frescura y la calidez que los niños aportan a nuestras vidas y por otro lado lo mucho que aprendo con sus ocurrencias y su sabia ingenuidad.
Hoy en la mañana Juan Arturo me invito a jugar Tazo y como no tengo mucha experiencia ni conocimientos del tema, el me enseño. La lesión empezó explicándome como me tengo que sentar en el piso, luego la colocación de las fichas, como era mi primera experiencia el gano para que yo viera como se gana en este juego.
A medida que yo practicaba, el me estimulaba diciéndome sigue tía que tu puedes, cuando se me hacia difícil, el me enseñaba otra técnica para que lo pudiera hacer, me enseño a voltear el tazo lanzando otro, y de otras dos maneras, cuyos nombres técnicos no recuerdo.
Cuando lo felicite por lo bueno que el era en ese juego, me dijo que el era un maestro de ese juego y que por eso me había enseñado también. El dice que a el lo enseñaron su hermano y sus primos que también son buenísimos en eso.
Mientras me explicaba me decía: Tía te tienes que concentrar, tienes que apuntar el tazo, tirar con fuerza y practicar mucho hasta que te salga bien. La verdad es que mi querido niño de tres años es todo un maestro. Ahora ya saben se jugar Taazos y estoy certificado con uno de los mejores maestros de Taazos de estos tiempos.
Hoy es un dia diferente, para que mires y aprendas de los pequeños maestros que están a tu alrededor, la sabiduría esta siempre cerca de la pureza y de la humildad. Disfruta y aprende con los niños que tienes cerca ellos son verdaderas fuentes de sabiduría.
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