Ayer conversando con una querida amiga, ella decía que hace mucho tiempo le dijeron que los milagros existen, y desde ese momento ella ve un milagro todos los días. Me encanto escucharla decir eso y más aún tener la dicha de conocerla y verla actuar desde su confianza en que cada día esa milagro ocurrirá.
Escuchar estas experiencias y contactar con mis propias vivencias, me muestra una grandeza, que nada tiene que ver con las posiciones que ocupamos en la sociedad o en nuestra vida laboral. Todo esto trasciende todos los símbolos de poder y grandeza que creamos en la sociedad para alimentar nuestro ego y mantenernos separados de nosotros mismos y de los demás.
La grandeza que nos muestra la vida es la de ser pequeños. La frescura, la alegría, la confianza, la capacidad de soñar, el creer que todo es posible, que hay suficiente para todos, que si pedimos alguien esta dispuesto a suplir nuestras necesidades. La fuerza de sabernos pequeños es donde radica nuestra grandeza, aportar gota a gota sin afán y sin pretensiones va haciendo de nuestra existencia un milagro.
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