Los acuerdos que hacemos en momentos determinados de nuestra vida tienen un tiempo de vigencia, muchas veces continuamos siendo fieles a acuerdos que ya expiraron y por eso nos cuesta tanto obtener resultados.
Los acuerdos que hicimos en el pasado, nos ayudaron a crear hábitos, mientras fueron necesarios nos ayudaron, nos aportaron satisfacción, nos ayudaron a sobrevivir o simplemente eran necesarios por alguna razón que solo nosotros conocemos y comprendemos.
Qué paso? Para qué lo hicimos? ya no es importante dedicar tiempo a encontrar esas respuestas, resultaría mas conveniente en este momento dedicar esa energía a evaluar la vigencia del acuerdo, a observar el aporte que esos hábitos en nuestra vida ante la realidad que estamos viviendo.
Identificar el final de un acuerdo, puede ser simple y liberador. O puede ser complejo y accidentado. Sea cual sea el camino, correr el riesgo ya nos aporta ganancias, nos muestra otras posibilidades, expande nuestra forma de percibir la vida.
No es preciso borrar lo vivido, es en lo que paso donde están muchos de los aprendizajes que necesito para crear un nuevo hoy. En lugar de enfocarme en los hechos traumáticos o felices de mi vida, rescato la esencia de ellos, veo el mensaje, el aprendizaje que tienen para mi.
Puedo reinventar mis acuerdos, transformándolos en acuerdos que aporte amor, generosidad, misericordia, perdón y luz a mi vida. Con reverencia digo adiós a muchos de mis viejos hábitos, agradezco su ayuda y su aporte y me preparo para nuevas experiencias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario