Ante las personas o cosas que amo es inevitable la sensación de perdida cuando llega el momento de dejarlos ir. A los ojos de otros puede parecer mucho o parecer poco, pero solo quien lo vive conoce la verdadera dimensión.
En nuestros caminos todos tenemos principio y fin en los vínculos que establecemos. Algunos vínculos tiene la fuerza de transformarse y permitirnos permanecer en contacto por mucho más tiempo. Otros simplemente estarán con nosotros el tiempo justo, el tiempo necesario. Decirlo es fácil, entenderlo es retador, asumirlo es transformador, vivirlo es renacer.
En el día de ayer tuve el privilegio de conocer nuevas personas y de reencontrarme con otras. El tema que nos unía era conversar sobre el mandato bíblico " Esfuérzate y Se Valiente" mientras conversábamos un aspecto que nos reta constantemente es precisamente el temor a perderán cualquier de los ámbitos de nuestra vida.
Ese miedo profundo a perder nos dificulta trae a la conciencia nuestro poder para dejar ir. Esto no implica reprimir los sentimientos que nos produce, esto no implica sentir lo que sentimos y dejar que todo ese dolor se manifieste y se canalice hasta que nos transforma y entendemos que podremos seguir, que podremos vivir nuevas experiencias, que volveremos a arriesgar nuestros mejores sentimientos, que volveremos a experimentar dolor y placer.
El orden divino esta disponible y dispuesto para entregarnos todas las herramientas, el apoyo y el amor que necesitamos para que nuestro camino sea cada vez mas fluido. Cada día dejo ir lo que se tiene que ir para que pueda llegar lo que tiene que llegar. Cada día son menores mis perdidas y mayores mis transformaciones y también se que cuando la perdida sea precisa mis Ángeles estarán junto a mi para transitar el camino y nuevamente florecer.
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