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sábado, 9 de abril de 2011

Escrito No.Catorce...Amor Incondicional


En estos tiempos que vivimos son tantos los retos y distracciones que mantener la atención en el amor es prácticamente un acto de locura. Cuando por alguna razón el amor nos invita a seguirlo y decidimos aceptar la invitación, las personas que nos rodean empiezan a sentirse inquietos e incluso preocupados por nuestro comportamiento.
Los modelos de comportamientos validados como correctos por el entorno en el cual nos desenvolvemos nos cuestionan cuando nos damos libertades que fueron olvidadas o desconocidas por muchos.
Ninguna manifestación de libertad es más pura y nutritiva para nuestra alama, que permitirnos el placer y el dolor del amor incondicional. Ser capaz de al menos una vez en la vida amar a alguien sin esperar nada, simplemente por el placer y el dolor que te produce, es una libertad que surge de lo mas profundo de nuestro ser.
Reconocer en voz alta que amas a esa persona que no se comporta como te gustaría, que no llena las expectativas de tus amigos y familiares, esa persona que no lograr ver todo su valor, ese hijo que no hace lo “correcto”, esa madre o ese padre que no hizo lo que hace los “buenos padres”, ese hombre o esa mujer que no te amo como tu esperabas, ese hermano que se equivoco en sus decisiones y lo sigue haciendo, esa mascota que solo te mira y esta junto a ti.
El mundo esta lleno de invitaciones para ejercitar el amor incondicional, solo que a veces es tan fuerte nuestro deseo de parecer que se nos olvida simplemente ser.
Cuando decidimos “Ser “ y cada vez “parecer” un poco menos, nos empezamos a dar esa libertad de simplemente amar. Mi alma sabe, que amar me hace bien, que todo lo que puedo entregar, aunque parezca mucho, ya lo he recibido millones de veces, probablemente alguien que acepto la invitación del amor, me lo entrego en silencio, sin recibir nada de mi, sin esperar nada de mi.
El amor incondicional, no requiere de otros para ser entregado y para ser vivido. Yo y solo yo soy el principio y el fin del amor que decido entregar, no importa si me aman, no importa si cambian, no importa si se vuelve mejor persona, no importa si le gusta o no le gusta a los demás.
Yo responsablemente acepto amar incondicionalmente a todos aquellos que mi alma sabe. No espero sacrificios, no hago sacrificios, desde mi corazón los amo, deseando que el orden divino los acompañe en su propio camino.  Yo solo sé que amarlos y reconocerlo me hace bien.
Hoy es un buen día para liberarme de los prejuicios del amor y entregarme poco a poco a la aventura de amar.

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