Estamos llamados a vivir con mayor bienestar y satisfacción cuando seguimos el orden divino. Sin embargo, es frecuente que olvidemos esta posibilidad e insistamos en vivir estableciendo nuestro “propio Orden”
Lo mas interesante es que esto de establecer nuestro “propio Orden” es un engaño tan profundo que empezamos creyendo que es posible y luego luchamos a muerte para intentar mantener en pie algo que no tiene sentido.
Pretender establecer nuestro propio orden en la vida, es una de las mas altas manifestaciones de arrogancia, soberbia y ceguera que puede aparecer en nuestras vidas. Los momentos en los cuales nos llegamos a creer poderosos por nuestra condición física, económica, social o espiritual y entramos a ser parte del grupo de los ciegos es cuando empezamos a creernos inmunes al orden divino.
Requiere mas fortaleza espiritual, física y emocional seguir el orden divino, sumergiéndonos a profundidad en las aguas de lo desconocido, dejando que nuestra intuición nos lleve por el camino que nos corresponde y dejando de lado nuestros caprichos. Requiere mayor consciencia espiritual quien es humilde, quien sabe cuando perdonar y perdonarse.
Se requiere mas para todo aquello que parece menos a los ojos ciegos de quienes alguna vez hemos estado atrapados en la ilusión de nuestro propio orden. Se requiere menos y de hecho se tiene menos cuando damos esas manifestaciones que son verdaderos derroches de energía y de luz para deslumbrar a otros, para crear la ilusión de que somos mas, cuando en realidad somos menos y así lo sentimos en el fondo de nuestro corazón.
Hoy es un día diferente, para dejar que el verdadero orden se reestablezca y empezar a seguir el orden divino, dando la bienvenida a la intuición, a la humildad, a la misericordia, a la solidaridad y a todas aquellas manifestaciones de luz. Esos serán los focos que iluminaran nuestro camino en la gran aventura de seguir el orden divino.
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