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viernes, 15 de octubre de 2010

Ir y Llegar

Pensar que muchas cosas terminaran en mi vida, es una idea que no siempre me gusta. Cuando la experiencia o la situación es incomoda o difícil de aceptar, sin lugar a dudas quisiera que terminara lo antes posible. Sin embargo, cuando sentimos que la situación es agradable y cómoda para nosotros quisiéramos que permaneciera por la eternidad.

La vida transcurre en ciclos y en cada uno de ellos son muchas las cosas que se tienen que ir y muchas las que tiene que llegar. El punto donde se encuentran es la terminación.
Cada terminación da paso a un inicio y con cada nuevo principio entramos nuevamente en el ciclo de la vida.

Cuando nos resistimos a dejar ir, sabiendo que esta persona, situación, experiencia a cumplido su ciclo en nuestras vidas y por ende nosotros también, requerimos invertir una cantidad de tiempo y energía incalculable para mantener retenido el flujo. Por mas intentos que hacemos poco a poco se va y vamos quedando lastimados por la gran resistencia, y vamos quedando cansados por el gran esfuerzo.

En cambio, cuando entendemos y asumimos desde el amor y la responsabilidad el final de una relación, situación o experiencia, estamos en la disposición de dejar ir. Puede que el momento de la partida sea doloroso, intenso y nos haga reflexionar y conmocione todo nuestro ser. Sin embargo, sentiremos el dolor y veremos como poco a poco ese sentimiento se transforma dando paso a una sensación de paz y satisfacción por asumir lo que es.

El dolor que sentimos es simplemente la manifestación del proceso de limpieza y reorganización que se esta dando a lo interno de nosotros mismos para dejar el espacio para las nuevas experiencias, situaciones y personas que nos acompañaran en este nuevo tramo del camino.

Resulta fácil acostúmbranos a ser amados y venerados. Esto alimenta nuestro ego y sin darnos cuenta puede ser una traba para continuar creciendo. Es delicioso saber que muchas personas me aman, es sabio convivir con las que en este momento no lo hacen, ver cual es el mensaje que ellas tienen para mi, asumirlo, transcenderlo y aceptar que de alguna manera lo que no les gusta es el regalo que yo les doy para que se miren a si mismos y su malestar es el regalo para mi.

Hoy es un día diferente, como todos los días muchas cosas se van de nuestras vidas, si las adviertes déjalas ir y agradece lo que recibiste. Muchas otras llegan a nosotros si las advierte abre los brazos y recibe con amor.

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