Páginas

viernes, 11 de noviembre de 2011

Vivir desde tu propio centro...

Aprendemos a tener expectativas de los demás y ha tratar de cumplir la que ellos tiene sobre nosotros. Se nos va la energía tratando de dar respuestas a preguntas que nada tienen que ver realmente con nosotros. 

Entramos en ese juego desde muy pequeños y sin darnos cuenta podemos pasar la vida jugándolo, conectarnos con nuestra centro y vivir desde nosotros mismos puede llegar a ser más gratificante, sin embargo es una aventura que requiere valor para ser vivida. 

Desde mi centro puedo reconocer aquello que en verdad me corresponde vivir y compartir con los demás, sin la ansiedad, la presión, el deseo de complacer, simplemente actuando de forma coherente conmigo misma. 

La incoherencia ha sido una de las asignaturas que hemos practicado para sobrevivir. La desconexión entre nuestros pensamientos, sentimientos y acciones nos acompaña en casi todos los ámbitos de nuestras vidas. El sentimiento que nos mantiene vibrando en esa frecuencia es precisamente el miedo, ese temor profundo a no llenar las expectativas creadas por nosotros mismos y por los demás. 

Por suerte cada cierto tiempo la vida nos regala la oportunidad de ver otras opciones, de encontrar dentro de nosotros la fuerza para vivir desde nuestro centro, En esos momentos se caen muchos de nuestros prejuicios, paramos de juzgar y empezamos a amarnos, paramos de esperar  y empezamos a vivir cada instante como una oportunidad única. 

Si continuamos mirando la vida solo en su forma material y descartamos otras dimensiones que se manifiestan más allá de lo que nos permitimos ver. Si ampliamos el horizonte y nos conectamos con nuestro centro es probable que alcancemos otros nivel de conciencia, es probable que podamos ver con claridad el arco iris que empieza y termina en nosotros con un hermoso rayo multicolor.

No hay comentarios.: