Hoy desperté con la alegría de saber que una persona muy querida para mi ha alcanzado una meta muy importante en su vida. Todavía recuerdo lo difícil que fue el inicio. Un gran esfuerzo, mucho trabajo, algunas humillaciones, muchas lagrimas, mucho dejar ir, mucho recibir.
Es como si en un pequeño tramo fuera necesario representar toda la vida. En ese momento es preciso comprometerse consigo mismo y con su misión y destino. Nada ocurrirá si te sientas a lamentarte, nada florecerá si te dejas atrapar por el resentimiento o el disgusto. Será necesario mandar a pasear tu ego y concentrar todo tu energía disponible en avanzar, en superar los desafíos.
Cuando tus metas te llevaran aun siguiente nivel, necesitaras estar dispuesto a dar un salto de fe. En ese momento no sabes que encontraras del otro lado, solo sabes en lo mas profundo de tu corazón que tu vida no avanzara hasta que no saltes. Esa sensación de vacío es la que te llevara a un nuevo renacer.
Estoy feliz de saber que todo es posible en el viaje de la vida. Cada vez que un ser humano lograr volver real lo que para muchos era tan solo un sueño, abre la puerta de la esperanza y de la posibilidad para toda la humanidad.
A veces soñamos con hacer grandes cambios y transformaciones fuera de nosotros, en mi humilde opinión cada vez que hacemos pequeños cambios y transformaciones en nosotros mismos hacemos las más grandes contribuciones que podamos imaginar. Esforzarnos y ser valientes para hacer aquello que hace vibrar nuestro corazón es seguir el llamado de la vida, es establecer contacto con lo divino que hay en nosotros y en todo el universo.
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