Todos tenemos acceso a la fuente del poder, mientras más utilizamos el poder para servir a otros nuestra fuente crece, mientras más utilizamos nuestro poder para dañar o destruir mayor es la posibilidad de que la fuente quede seca o contaminada.
Cuando nos sentimos inmensamente poderosos es cuando más amor necesitamos. El amor guiara todo nuestro poder y no permitirá que nos corrompa o nos ciegue. Sentir poder sin amor nos puede llevar a actuar con prepotencia, arrogancia, falta de misericordia o generosidad hacia los demás.
Mientras mayor es tu poder, mayor es tu responsabilidad y compromiso. Utilizar el poder al servicio de si mismo sin cumplir con los compromisos que implica nos va debilitando.
Nuestro temor más profundo es que somos inmensamente poderosos, es nuestra luz y no nuestra sombra la que nos produce mayor temor.
Aceptar nuestro poder en cada momento y estar alertas y conscientes para que siempre tenga por compañía al Amor incondicional.
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