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viernes, 25 de noviembre de 2011

Dejar ir...

Dejar ir es más un acto de conciencia que un hecho real. Entender que en esta vida nada es mío... y al mismo tiempo todo me pertenece es entender la esencia del desapego.

Todo cuanto existe es nuestro y siempre tendremos acceso a todo lo que necesitamos, simplemente por que todos merecemos lo mejor. Sin embargo, en el momento que quieres retener cualquier cosas solo porque la sientes de tu propiedad ha llegado el momento de Dejar ir. 

Dejar ir las ideas, las creencias, las personas, las situaciones, las expectativas, los miedos, los resentimientos, la desesperanza, la tristeza. 

Dejar ir los deseos más profundos del corazón, las mejores intenciones, la historias del pasado, las posibilidades del futuro. 

Dejar ir todo cuanto piense, sientas o pretendías hacer. Disfrutar por un momento el presente simplemente en el vacío. 

Ver como desde la libertad florecen nuevas posibilidades. Un nuevo horizonte se abre frente a ti, tan pronto dejas ir y declaras al universo que estas listo para recibir todo cuanto esta reservado para ti y solo esperaba que estuvieras disponible para recibir. 

Ninguna experiencia de vida es el destino, no estas esperando nada, nadie esta esperando por ti. Simplemente estas viviendo y desde esa plenitud atraerás a ti todo aquello que tu corazón desea, tu alma conoce. 

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