Desde la niñez nos han animado a buscar el amor de nuestra vida fuera de nosotros. Empiezas poniendo todas tus esperanzas infantiles en ser amada por tus padres, hermanos, familiares y amigos. Cuando eres un niño o niña ser amado por ellos es un desafío permanente que te lleva a actuar en función de obtener ese amor.
Con el paso de los años debes continuar la búsqueda del amor de tu vida, siempre ese búsqueda esta fuera de ti, siempre te animan a encontrar a alguien que te valore, que te quiera, que te estimule, que pueda descubrir quien eres y se tome el tiempo de decírtelo.
Muchas personas llegan y se van de tu vida. Cuando se quedan son compañeros del camino y deberías agradecerles eso y portarte a la altura de la circunstancias para que ellos puedan amarte y valorarte. Algunos se van, esos son los maestros temporales, viene para mostrarte "porque es difícil amante y valorarte" entonces es preciso que reflexiones sobre tus comportamientos y actitudes y hagas los ajustes para continuar tu búsqueda.
Después de mucho tiempo recorriendo los caminos de la vida, decides no continuar buscando nada más fuera de ti. Te sientas en la tranquilidad y la certeza que se cultiva con la madurez y en un espacio sagrado dejas florecer el más importante de los vínculos que podrás tener en tu vida. La comunión con tu propio ser.
Desde el silencio de mi alma, me conecto con la fuente del conocimiento permanente y así reafirmo mi compromiso para utilizar equitativamente mis dones al servicio de la luz en perfecto orden divino. La verdadera búsqueda es dentro de mi, el amor de mi vida empieza y termina en mi misma.
Me amo tanto que es inevitable que los demás sientan lo mismos, me amo tanto que es inevitable sentir un inmenso y profundo amor por los demás. A cada paso recorro los caminos de mi interior y descubro nuevas y buenas cualidades. Cada día confirmo que es imposible vivir sin amarme, definitivamente soy un ser adorable, todo mi amor empieza en mi, solo por eso los puedo ver y amar a cada uno de ustedes.
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