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jueves, 16 de junio de 2011

Vive cada instante luego dejalo ir...

Cuenta una historia que escuche hace poco que dos monjes estaban cruzando un rio y de repente se encontraron con una mujer que se le había atascado el pie, la mujer les pidió ayuda y uno de los monjes la ayudo y la cargo hasta la otra orilla del rio. 

Estos monjes tenían prohibido tener contacto con las mujeres, una hora después de este suceso mientras seguían avanzando en el camino el monje que no había ayudado a la mujer le dijo al otro. Estoy pensando que hicimos algo que no debíamos hacer. El monje que ayudo ala mujer le dijo: "Yo solo cargue a esa mujer por unos minutos para ayudarla, pero tu sigues con ella cargada."

Si vivimos cada instante tal como es, con lo "bueno" o lo "malo" y asumimos que lo que vivimos era lo que nos correspondía o simplemente lo que estábamos en capacidad de vivir, será más fácil dejar ir muchas cosas. La resistencia a vivir lo que nos toca cada día es una de las razones por la cual terminamos cargando durante horas, días meses o años experiencias que sucedieron hace tanto tiempo que a veces solo sentimos el dolor de la carga sin poder recordar con claridad a que o quien corresponde este peso.

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