Si quieres saber donde esta tu poder, obsérvate a ti misma, a ti mismo. Identifica donde esta el foco de tu atención en este momento y es probable que muy cerca de ahí esta también tu poder.
La fuerza de nuestro propio poder muchas veces nos abruma y por eso nos resulta más fácil ubicar en algún lugar que este fuera de nosotros, así mantenemos la ilusión de poder pero no sentimos su fuerza y la responsabilidad que implica asumirlo.
Nuestras familias, el trabajo, los amores, un causa, los problemas cualquier foco es útil cuando necesitamos entregar nuestro poder y mantener nuestra condición de incapacidad, frustración o temor.
Si así lo decidimos podemos andar por la vida sin nuestro poder y dejar que las circunstancias nos guíen o que los focos a los que entregamos nuestro poder nos den la luz. Esta forma puede ser segura, implica poco riesgos y al final si algo no sale bien no seremos realmente culpables, por algo entregamos nuestro poder.
Asumir nuestro poder con las responsabilidades y retos que implica puede parecer inicialmente abrumador, pero poco a poco nos damos cuenta que nuestra confianza crece, que vemos la vida de manera diferente, que nuevas posibilidades están disponibles para nosotros. Nos damos cuenta que todo es posible y que asumir la responsabilidad en primera persona nos hace más capaces y más misericordiosos con nosotros mismos y con los demás.
Asumir nuestro poder y actuar con consciencia nos anima a tocar las puertas y nos da la confianza de saber que siempre abrirán las que nos conducirán a los mejores caminos para nosotros mismos y para quienes tienen algo que recibir de nosotros y nosotros de ellos.
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