Abrir el alma...

Todos nuestros sueños se quedan con nosotros por siempre, no importa si los expresamos, si los escondemos o si los realizamos. Siempre nos acompañan. 

Las tan despreciadas "experiencias negativas" nos quitan las ganas de soñar y nos plantean una realidad llena de limitaciones, si caemos en el juego y nos dejamos envolver muy rápido descartaremos todos esos sueños que llenan de luz, de color, de sabor y de esperanza nuestras vidas. 

Abrir el alma implica esencialmente desapegarnos de todo y de todos, es dejar de esperar y de calificar las experiencias que nos tocan o que elegimos conciente o inconcientemente y entregarnos con confianza, y gratitud a la vida. 

Cuando nuestra alma esta abierta y dispuesta nuestros sueños se vuelven realizables, vivimos las experiencias y tenemos sabiduría para identificar aquello que nos corresponde conservar y aquello que no nos toca. 

Nuestra alma sabe todo cuanto necesitamos para continuar el recorrido, nuestros sueños no son productos de la "casualidad" probablemente es un llamado del alma que cuenta contigo para recibir respuesta. 

No somos indispensables, sin embargo, lo que nos corresponde hacer, quedará pendiente si nosotros no lo hacemos.  

No somos indispensables,  más si somos únicos e irrepetibles.