La fuerza de la luz nos acompaña en el mes de febrero, invitándonos a dejar que sea la luz quien nos guíe hacia esos cambio que queremos, necesitamos y que sabemos es preciso y propicio hacer.
Muchas son las referencias que tenemos sobre la luz y su importancia en el camino del crecimiento espiritual. Una persona guiada por la luz divina, una persona de grandes luces o simplemente una persona que irradia luz a su paso son algunos de las muchas maneras que tenemos de referirnos a la luz.
Esta sugerencia de dejarnos acompañar por la fuerza de la luz me resulta agradable y propicia en este momento, en este lugar y en estas circunstancias cualesquiera que sea.
Sin esperar tiempos mejores, sin esperar que la vida siga el curso de mis deseos, sin esperar que el mundo se parezca a la imagen de mi mente, sin que todos mis sueños sean realidad, sin nada que ganar, sin nada que perder. Con la suavidad de un pétalo que cae al agua, así me dejo acompañar por la fuerza de la luz. Por momentos seré protagonista, por momentos seré testigo y en todo momento seré un canal de luz.
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