Todo lo que hacemos o dejamos de hacer, todo lo que pensamos o dejamos de pensar, todo nuestras intenciones alimentan o debilitan nuestro ser.
Cada vez que utilizamos nuestros pensamientos, intenciones o acciones de forma negativo estamos alimentando la negatividad y debilitando nuestra parte positiva. Cada vez que alimentamos lo positivo esa es la parte que crece y se fortalece.
Siempre que estemos dispuestos la respuesta que necesitamos llegará a nosotros, siempre que estemos dispuesto las actitudes y acciones positivas prevalecerán en nuestro diario vivir. De igual manera si continuamos alimentando los pensamientos, intenciones y acciones que ya sabemos nos debilitan y nos hacen sentir fuera de balance todos nuestros nutrientes se quedarán ahí y cada vez serán más fuertes.
Cada día al despertar podemos decidir que deseamos alimentar y colocar la intención, el pensamiento y la acción en esa dirección. Siempre que lo deseemos tendremos la ayuda divina, solo es preciso pedir y estar dispuesto a recibir en orden divino.
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