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sábado, 15 de octubre de 2011

La Reflexión del día...

Desde la mañana hasta la noche, con diferentes personas conversamos sobre un mismo tema, me encanto darme cuenta que esta reflexión se repetía una y otra vez. Apreciar que cada persona aportaba una visión distinta y enriquecedora y que por diferentes vías llegábamos a coincidir en puntos claves. 

Ayer conversábamos sobre "las expectativas que tenemos sobre como deben vivir su vida las personas que amamos" Una de las cosas que resulto más interesante fue darnos cuenta que vivimos nuestras propias vidas a nuestro propio ritmo, siguiendo y haciendo aquello que nos parece mejor para nosotros. Y esa libertad de vivir nos hace felices aunque muchas veces tengamos momentos difíciles y retadores. 

Nos dimos cuenta que así como tenemos expectativas sobre las vidas de nuestros seres amados. Generando esta situación preocupación en nosotros, muchas veces un sentimiento de impotencia o de ansiedad. En el fondo de alguna manera estamos repitiendo con ellos un poco del modelo que tanto nos decepciona o molesta cuando es aplicado a nosotros. 

Una vez en este punto nos damos cuenta que estamos metidos en una hermosa tela de araña donde todos damos vueltas en circulo, creyendo que nuestra visión y acciones serán las "correctas" serán la respuesta para que todo sea fabuloso en la vida de la otra persona. Nuestro deseo de ayudar es tan grande que se nos olvida que no valoramos las "ayudas" que muchas veces otros nos ofrecen. Se nos olvida lo desagradable que es para nosotros sentirnos juzgados, sentir que lo que somos o hacemos no es suficiente para los demás. 

Si por un momento dejáramos de lado todo eso y simplemente aprendiéramos a disfrutar la presencia de los demás tal como son, tal como están aquí y ahora. Dejando de lado todos los "deberías ser" "deberías hacer", "deberías tener".

Fluir en nuestras relaciones, especialmente con las personas que amamos nos abre las puertas a una vida más placentera y relajada. Soltar la presión, la preocupación, la expectativa y cualquier otro sentimiento que nos separe de quienes amamos, definitivamente que traerá más luz, alegría y relajación a nuestras vidas y la de nuestros seres queridos. 

Dejar que cada persona fluya en su libertad, en su posibilidad, viviendo su proceso, sabiéndose respetado, amado y acompañado por nosotros desde la libertad de lo que cada uno es...Ser en cada momento quienes podemos, quienes queremos y desde ahí encontrando nuestra propia puerta hacia la vida que deseamos.

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