Algunas veces somos muy rápidos pensando y muy lentos sintiendo. Otras veces somos todo sentimiento y se nos dificulta pensar con claridad.
La armonía entre pensamiento y sentimiento nos abre la posibilidad de vivir con mayor conciencia. Tomar mejores decisiones, ejecutar con mayor maestría y gracia nuestras acciones y vivir con mayor paz y alegría.
Muchas veces nos dejamos envolver por la corriente de pensamiento que esta a nuestro alrededor, en lugar de cultivar nuestros propios pensamientos. Si la corriente viene llega de negatividad, nos invadirá y disminuirá todo pensamiento positivo, constructivo sin que lleguemos a darnos cuenta de lo ocurrido. Cuando estas situaciones nos ocurre nuestro sentir nos alerta de muchas formas.
A pesar de los intentos de nuestro sentir por llevarnos a identificar la situación insistimos en mantenernos sumidos en esa corriente y todo aspiración de armonía y de paz se ve frustrada y coartada por nosotros mismos.
Cuando dejamos que el sentimiento autentico fluya desde nosotros, nuestros pensamientos estarán en capacidad de seguirlo, acompañarlo y transformarlo en energía positiva para nosotros. No importa que en un momento sientas tristeza. Si proviene de ti, fluirá y en su fluir autentico se transformara en lo que tu corazón desea y necesite para continuar.
Para alcanzar armonía entre pensamiento y sentimiento será preciso valorarnos a nosotros mismos, aceptar nuestra autenticidad, darnos el permiso de sentir y pensar desde nosotros mismos, sin dejarnos arropar por las corrientes de los vientos de otros.
Una ser humano que cultiva sus propios sentimientos y pensamientos y aprende a armonizarlos es una fuente de bienestar para si y para todos los que le rodean. Responsabilizarnos por nuestra propia historia y ocuparnos de cada capitulo es una contribución extraordinaria para un mundo que necesita de todos para avanzar en la dirección de la luz.
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