La vida nos plantea retos en los momentos menos esperados. La vida nos sorprende con bendiciones en los momentos menos esperados. Es decir, que tanto la s gracias como las pruebas son las dos caras de una misma moneda.
Muchas veces quisiéramos tener la certeza absoluta de que pasaremos las pruebas y quedarnos por siempre envueltos en las bendiciones que nos hacen sentir alegres y plenos. Esa es una idea que a todos nos atrae, sin embargo, sabemos que para continuar avanzando es preciso aceptar retos, aceptar situaciones que no comprendemos, aceptar que existen nuevas alternativas para vivir.
Abrirnos paso para continuar nuestro crecimiento, no implica que sea doloroso o triste. El reto es vivir sin apegos, a medida que nos dejamos fluir entendiendo que nada nos pertenece, que nadie nos debe nada, que nosotros no le debemos nada a nadie, que todo cuanto ocurre es parte de un intercambio que nos ayuda a crecer los unos a los otros.
Abrirnos a entender que la abundancia esta disponible para todos, que todo el universo es mio, que todo lo que necesito llegara a mi, sin necesidad de forzar, sin necesidad de sufrir, ni de martirizarnos.
Aceptar la vida tal como es, sabiendo que en medio de cualquier prueba o cualquier bendición siempre podremos avanzar. Fluir con desapego, esperanza y alegría, es mucho más lo que no se ve, que lo que se ve.
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