El movimiento no se detiene, la vida continua fluyendo conmigo o sin mi. Cada situación es una experiencia que me muestra mi caos y mi orden.
Solo si, soy capaz de fluir tanto en el caos como el orden, facilito mi crecimiento.
Solo si, soy capaz de rendirme ante la grandeza del caos y del orden, aprenderé que ambos son necesarios y que yo puedo decidir.
Solo si, soy capaz de entregarme por completo al fluir de este instante el orden divino prevalecerá y cada momento de caos será como una ola en la que puede balancearme, disfrutarla y estar confiada en que mientras dure me entregara todo su fuerza y como todo también pasara para dar paso a nuevas olas.
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