Todos
los días vivos experiencias, siempre esta ocurriendo algo, que nos puede hacer
cambiar nuestra vida. La diferencia entre lo que ocurre y lo que percibimos
tiene más que ver con nuestra disposición para recibir que con los sucesos en
si mismos.
Nos
programamos conscientes o inconscientemente para solo prestar atención a
aquellas cosas que consideramos como "importantes" para nosotros. Si
en todo un día no pasa nada relacionado con nuestra programación, concluimos
que "no ha pasado nada hoy"
Algunas
personas con el paso de los años desarrollan "escucha selectiva" como
un mecanismo de defensa. Nosotros sin importar la edad hemos desarrollado un
sistema aún más excluyente. Pasamos nuestros días "con vida
selectiva" se podría decir que esos días en los cuales no ocurre nada
pasan desapercibidos de nuestra historia de vida.
Si pudiéramos
restar todos los días que transcurren en nuestras vidas "sin que pase
nada" es probable que nos demos cuenta que hemos vivido tan, pero tan poco
que apenas existimos. Si seguimos avanzando medio dormidos por la vida, no
tendremos la fuerza, ni el entusiasmo, ni la disposición para disfrutar de lo
aquello que ocurre aquí y ahora.
Que
pasaría si por un día abandonamos el guión que nos hemos autoimpuesto y
recibimos la vida con la frescura y espontaneidad que se presente. Quizás nos sorprenderíamos
de todas las cosas que ocurre fuera de nuestra programación regular. Quizás nos
sentiríamos más vivos y pudiera ser que sin grandes cambios nos demos cuenta
que tenemos en este instante justo todo lo que necesitamos para vivir tan
intensa y plenamente que renunciemos a la posibilidad de dejar de vivir un
instante de esta nueva aventura que es nuestra propia vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario