Cuando pienso y creo que estoy a cargo de todo cuanto ocurre, la preocupación es una compañera que me acompañara con gusto. Como no preocuparme si creo que todo depende de mi, que yo y solo yo puedo hacer que las cosas ocurran o no.
La preocupación alimenta mi delirio de grandeza y autosuficiencia. Es imposible platearme abandonar a una compañera tan fiel. La preocupación siempre estará dispuesta a conectarme con la imposibilidad, la angustia, la ansiedad y del otro lado siempre tranquila y firme estará la fe con los brazos abiertos tan solo esperando que yo crea, que confíe y que me desapegue de tanta carga innecesaria.
Cuando pienso y creo que en todo momento tengo asistencia divina para hacer lo que me corresponde de todo lo que ocurre. La Fe será entonces mi compañera. Saber que todo es posible, que puedo aportar y ser un canal para mi propio bienestar y el de otros. Pero que todo cuando ocurre va más allá de mi.
Cambiar la preocupación por Fe me permite dejar en libertad mi alma, mi cuerpo, mi mente y mi corazón, que la vida fluya a través de mi. siempre dispuesta asumir cuanto me corresponde sin pretensiones, sin falso orgullo, sin falsa humildad. Viviendo lo que "es" tal como ocurre.
Qué este día nos alcance para dejar ir la preocupación y abrirle los brazos a la Fe.
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